Mucho he escrito y seguiré escribiendo sobre la innovación. Muchas son las organizaciones que hacen esfuerzos para conseguir resultados que den respuestas diferentes a problemas existentes; no obstante, muchas veces, los resultados son decepcionantes. Con frecuencia, el problema radica en que se quedan en el limbo del discurso e inacción. Lo cierto es que no hay innovación sin lograr hacer las cosas, a implementar y presentar al mercado.
Para muchos líderes, la innovación sigue siendo un concepto misterioso, algo que aspiran a realizar, sin saber ni siquiera cómo definirlo, ni como ponerlo en acción en sus organizaciones.
Seguramente, habrá muchos ejecutivos confundidos por la palabrería de muchos programas de televisión y plataformas digitales que distorsionan la forma de alcanzar los objetivos o por mitos que generan malentendidos y prejuicios. En cualquier caso, son muchos los que desean cumplir sus objetivos emprendedores en este ámbito.
Sabemos que nuestros conceptos y teorías determinan nuestras conductas; merece la pena, entonces, eliminar algunos de dichos mitos y hacerlo, además, desde la objetividad de los datos, que es la única fuente fidedigna cuando se trata de tomar decisiones profesionales.
Cuales son esos mitos de la innovación?
La innovación proporciona nuevas formas de crecimiento y además mejora lo que ya existe en la organización.
Sin embargo, muchas veces ésta encuentra barreras u obstáculos que impiden que sea materializada. Uno de estos obstáculos es la mala información existente en diferentes sectores. Esta mala información genera algunos mitos sobre la innovación.
Hoy quiero compartir estos mitos. Sé que hay muchos más y que usted también conoce otros mitos que frenan la innovación.
Mito N°1: El momento de inspiración divina
Es común que se piense que para innovar necesitamos un momento de inspiración mágico como un relámpago y nos cambia la vida.
Si bien puede haber algo de cierto esa aseveración, lo cierto es que las buenas ideas NO aparecen por inspiración divina; más bien la realidad indica que hay que buscarlas a través del trabajo duro. Y para eso tenemos que meternos de lleno en lo que hacemos, conocer nuestros servicios a fondo y entender a nuestros clientes muy bien.
Todo arranca por definir a dónde queremos llegar para saber en qué dirección caminar hoy; y cuanto más comprometidos estamos con llegar a ese destino, mayor será nuestra determinación.
Mito N°2: El genio solitario
Solemos pensar que la innovación es cosa de grandes genios e inventores como Nikola Tesla o Steve Jobs. Pensamos que fueron personas que hicieron todo por su cuenta. Sin embargo, la verdad es que con ellos hubo un equipo que los acompañó. Se sabe que Steve Jobs, por su parte, toda una organización (sin su programador y socio, Steve Wozniak, ni siquiera hubiera comenzado, ya que Jobs tenía grandes ideas pero no sabía escribir código).
Eso sí, en todo proceso de innovación hay un gestor o líder, pero el equipo es un factor muy importante.
Mito N°3: Sin tecnología no hay innovación
En la sociedad cada vez más se asocia que innovar es sinónimo de tecnología o que sólo las startups y nuevos emprendedores tienen la capacidad de innovar. Y eso no es cierto. Se puede innovar sin tecnología, se puede innovar sin estar empezando. A lo mejor para innovar tan sólo necesita atender al cliente de una forma especial o elegir otro formato de venta de tus productos o servicios, pero eso dependerá de usted y de su negocio, no de si es grande o pequeño, o si cuenta o no mucha tecnología a disposición.
Mito N°4: La innovación es pura creatividad
Se puede ser innovador en los negocios sin ser creativo al extremo.
Puedes innovar en tu emprendimiento adaptando un proceso de otro país que aquí no se conozca. Y no has sido nada creativo. Si te sale bien, tus ventas pueden aumentar y tu negocio crecer.
La creatividad es una parte de la innovación, pero solo eso. Es una pieza más del rompecabezas, recuérdalo siempre.
Los triunfadores son aquellos que pueden aprovechar una infraestructura tecnológica moderna para impulsar esa innovación, agilidad y eficiencia.
Mito N°5: No hay riesgo en la innovación
Sin riesgos no hay innovación. Incluso puedes ser bueno en ello, pero sabes que el éxito no está garantizado.
Si estamos innovando, o pensando en formas nuevas de hacer cosas nuevas, mientras lo hacemos, probablemente nos equivocaremos. Aprendemos haciendo, aprendemos de la equivocación y del fallo. Esto siempre conlleva riesgos.
Mito N°6: Las ideas son todo
No te confundas…las ideas solas no valen nada, las tenemos todos y a toda hora. La gran diferencia entre un emprendedor y alguien que se pasa la vida soñando con tener su propio negocio, es que el primero desarrollar y materializó sus ideas.
Ejemplos hay de sobra y en las fortunas amasadas gracias a la revolución digital es un patrón que se repite. Tenemos el caso de Jack Ma, fundador del gigante asiático del comercio electrónico llamado Ali Baba.
La vida de Jack Ma no fue una idea brillante tras otra. Antes de convertirse en uno de los hombres más ricos del mundo, suspendió dos veces el examen de acceso a la universidad y fue rechazado en más de 30 trabajos. Esto, lejos de desanimarlo, le dio impulso para seguir superándose a sí mismo. Siguió creyendo en su idea, pero por sobre todo, trabajando día a día en lograr concretarla.
Mito N°7: La innovación es cara y tiene mucho riesgo
Si bien esta afirmación es cierta cuando la innovación tiene un carácter disruptivo y necesita de gran cantidad de recursos para llevarse a cabo, en el resto de los casos no es así. Las pequeñas y medianas empresas tienen la ventaja de tener una rápida capacidad de adaptación a los cambios, con lo que pueden realizar pequeños experimentos que les permitan explorar el terreno para decidir si ha de realizarse una implementación definitiva de la innovación o si por el contrario, ha de cancelarse el proyecto. Así consiguen dos cosas: por un lado minimizan el riesgo que supone actuar “a ciegas”, y por otro, se reducen muchísimo los costes de innovar sin poner a prueba los cambios.
Mito N°8: La innovación tiene que ver con lo más nuevo
Es cierto que a veces la innovación provoca un cambio radical, pero la mayor parte de la innovación es incremental, es decir, innovar no siempre significa diseñar algo completamente nuevo e ingenioso, la mayoría de las veces basta con tomar prestada y adaptar una idea, enfoque o tecnología de otro campo a tu negocio. Además es importante señalar que no por ser algo nuevo e ingenioso significa que sea una innovación.
Mito N°9: La innovación no es para todos
Elimine este mito por completo, siempre desde nuestros antepasados los seres humanos han estado innovando: más y mejores herramientas, circunstancias diferentes y mejoradas, formas más efectivas y eficientes de hacer las cosas. Es bastante ilógico pensar que de repente todos han perdido ese impulso básico. En todo caso, su capacidad para innovar es ahora exponencialmente mayor debido a la capacidad sin precedentes para compartir información e ideas, lo que también hace que sea mucho más fácil tomar algo de un campo y aplicarlo en otro.
Mito N°10: La innovación no se puede enseñar
Otro de los mitos se basa en el error de que la Innovación proviene de un genio creativo, es decir, que sólo la gente fuera de serie es fuente de innovación. Ahora existen multitud de maestrías y cursos donde se enseñan técnicas de innovación para multitud de mercados, donde se preparan con una gran caja de herramientas (design thinking, agile, creatividad, lean, etc.), pero además, nos parece imprescindible desarrollar una serie de habilidades personales, de equipo y liderazgo que logren la excelencia en la innovación.
¿En qué consiste innovar?
Esta es la definición de innovación que nos presenta la OCDE – Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
“Una innovación es un nuevo o mejorado producto o proceso (o una combinación de ambos) que difiere significativamente de los productos o procesos previos de la unidad institucional y que ha sido puesto a disposición de potenciales personas usuarias (producto) o implementado en la unidad institucional (proceso)”.
Esta definición contiene tres condiciones indispensables:
- No hablamos solo de innovación disruptiva, pero tiene que ser algo nuevo, al menos para la compañía.
- Tiene que ser útil para los clientes, no seguir invirtiendo dinero en cosas que los clientes no necesitan.
- Debe tener un modelo de negocio rentable y sostenible en el tiempo. No desde el primer día, pero a la larga debe suponer una nueva línea de ingresos para la compañía.
Con esta visión, puedo afirmar que la innovación en compañías establecidas no necesita más ideas. En estas compañías lo que sobra comúnmente son ideas y talento. Donde fallan normalmente es al llevar estas ideas a la realidad, y para ello lo que necesitan es:
- Un proceso dedicado.
- Métricas específicas de innovación, no de ejecución.
- Autonomía para decidir rápido.
- Porque, si la innovación no se convierte en dinero, no habrá dinero que financie la innovación.
INCLUYE ALGUN OTRO MITO QUE PUEDAS APORTAR A LA INNOVACION