¿Qué es el Design Thinking?

El “design thinking” se ha vuelto un concepto que cada vez cobra más importancia en el mundo de los negocios teniendo en cuenta que este va más allá de la creación de productos pudiéndose aplicar también a servicios o procesos y considerando también las evidentes necesidades que tienen las empresas de diferenciarse estando en mercados cada vez más competitivos.

Así, este ha llegado a consolidarse como toda una filosofía principalmente bajo la figura de Tim Brown, un profesor de la escuela de ingeniería de la Universidad de Stanford y CEO de la consultora IDEO quien se ha convertido en uno de sus mayores exponentes desde 2008 cuando por primera vez apareció un artículo suyo en una revista en el que hablaba sobre el tema.

A partir de entonces se han logrado definir de forma más clara y precisa los principales aspectos a tener en cuenta dentro del “design thinking” así como el método que deben seguir las empresas para aplicarlo independientemente de la industria en la que se encuentren. En el siguiente video puede conocer una breve charla en la que Tim Brown señala algunos de los principales aspectos del pensamiento de diseño y su forma de aplicarlo.

Se ha convertido en una herramienta de gran utilidad enfocada a fomentar la innovación en las empresas de una forma eficaz y exitosa. Esto se debe a que, gracias a su aplicación, se generan importantes beneficios en el diseño de soluciones, permitiendo a las empresas obtener mejores resultados en su comercialización.

Así, el “design thinking” se presenta como una metodología para desarrollar la innovación centrada en las personas, ofreciendo una lente a través de la cual se pueden observar los retos, detectar necesidades y, finalmente, solucionarlas. En otras palabras, el “design thinking” es un enfoque que se sirve de la sensibilidad del diseñador y su método de resolución de problemas para satisfacer las necesidades de las personas de una forma que sea tecnológicamente factible y comercialmente viable.

Proceso Cubo DT RC4

El Design Thinking en la práctica

Lejos de ser un concepto abstracto, el “design thinking” plantea una clara metodología que puede ser fácilmente implementada como su nombre indica, se centra en el proceso de diseño, dejando en un segundo plano el producto final, e integra enfoques de diferentes campos mediante la participación de equipos multidisciplinares que buscan implementarlo a partir de los 5 pasos que se definen a continuación:

  1. Empatizar

A diferencia de las técnicas tradicionales que se valen de investigaciones de mercados, focus groups, estadísticas y otras prácticas un poco más ortodoxas, en el design thinking la fuente de información primordial son las personas y lo que estas experimentan en relación a un tema en concreto directamente relacionado con nuestro producto, servicio o la operación del negocio. Por tal motivo no basta con simplemente indagar a ese grupo que es materia de investigación en un ambiente que puede resultarle extraño (como pasa por ejemplo en el caso de los focus groups). Más allá de eso, es necesario experimentar de primera mano lo que viven estas dentro de su propio entorno de modo que se pueda entender mejor sus necesidades, problemas y deseos.

  1. Definir el problema

Tenemos que ponernos en los zapatos de las personas para quienes estamos intentando resolver el problema o necesidad, la idea será determinar cuáles son las áreas de oportunidad (siempre y cuando existan y sean significativas).

Posteriormente se deberá especificar cuál o cuáles son esos problemas o desafíos que se debe intentar resolver y que nos llevarán a buscar una solución innovadora.

  1. Idear las posibles soluciones

Dado que la interdisciplinariedad juega un rol importante dentro del “design thinking”, el aporte de diferentes ideas y perspectivas resulta crucial para encontrar soluciones innovadoras a los problemas que se plantearon en el anterior paso.

Aun cuando algunas ideas puedan sonar descabelladas e incluso parezcan absurdas, la clave en esta etapa está en fomentar la participación y en reconocer como válidos todos los puntos de vista sin que la gente se sienta intimidada. Hay que tener en cuenta que muchas veces la solución a un problema puede venir de donde menos se espera, y usualmente las ideas más extravagantes son aquellas capaces de crear las soluciones más radicales e innovadoras.

  1. Prototipar modelos

Llegados a este punto la idea es hacer un diseño de la solución y hacerla tangible bien sea con un prototipo físico o digital.

Independientemente de si se trata de un producto, servicio o proceso, tratar de representarlo bien sea con el uso de tecnología avanzada (como por ejemplo a través de software especializado o impresoras 3D), o quizás de una forma más rudimentaria (usando maquetas o incluso elementos como papel, cartón o plastilina), esto nos ayudará a poder llevar a cabo el siguiente paso además de poder hacer ajustes graduales al prototipo en caso que se requiera sin incurrir en demasiados costos dentro del proceso de mejora.

  1. Evaluar y testear los prototipos

Finalmente se llega a la etapa en la que el usuario va a poder interactuar con el prototipo y en la que nosotros podremos obtener retroalimentación de su parte para hacer mejoras que nos ayuden a ir perfeccionándose. Sin embargo; teniendo en cuenta que en esta fase nos podríamos encontrar con que incluso hayamos hecho una mala definición del problema presentando un prototipo que no logre satisfacer al usuario ni siquiera en un grado mínimo, hay que considerar este proceso como algo repetitivo en el que dependiendo la evaluación que haga el usuario de esta representación, deberemos devolvernos uno o varios pasos atrás varias veces hasta dar con el resultado esperado por él y perfeccionar el modelo lo suficiente como para hacerlo una realidad e introducirlo al mercado. Esto en caso que estuviéramos hablando del lanzamiento de un nuevo producto o servicio (aunque también el desing thinking puede aplicarse a un proceso o mejora al interior de una empresa).

Aplicación del “design thinking” en los proyectos innovadores

El “design thinking” puede aplicarse en distintas áreas y situaciones. Esta metodología puede aplicarse tanto en el diseño de interfaces como en la generación de estrategias de marketing y la planificación general del negocio.

Para aplicar la metodología solo es necesario contar con materiales para los ejercicios de recolección y desarrollo de ideas. También se necesita un equipo multidisciplinario dispuesto a participar activamente y un espacio amplio en el que puedan realizar las actividades.

Finalmente, es fundamental tener una actitud curiosa y observadora, manteniendo la mente abierta a nuevas opciones. Por medio de los ejercicios del “design thinking”, los profesionales pueden ponerse en el lugar de los usuarios y usar toda su creatividad para crear soluciones a su medida.

Algunos resultados famosos conseguidos por grandes corporaciones (como P&G – probablemente la primera gran corporación global que decidió dar un paso al frente para incorporar el “design thinking” en su cultura- HP, GE o Coca-Cola) así como por compañías no tan grandes (como OXO, en Estados Unidos, o Lékué, en España, OCBC Bank en Singapur o el Deutsche Bank en Alemania)

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